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Historia del proyecto

En la historia de PBI, la primera misión de la organización fue en Nicaragua, cuando en 1983 en la región norte fronteriza con Honduras se llevó a cabo una acción de acompañamiento internacional, con el objetivo de disuadir las hostilidades entre rebeldes apoyados por los Estados Unidos y las fuerzas Sandinistas.

Después de más de 30 años, a raíz de la crisis sociopolítica que vivió Nicaragua en abril de 2018, PBI recibió el llamado de apoyo y protección por parte de diferentes organizaciones locales y regionales ante las violaciones de DD.HH. que se desataron. 

 Por lo tanto, PBI inició un proceso de exploración en la zona, identificando una gran cantidad de nicaragüenses que a raíz de la represión política salían a diferentes países, principalmente Costa Rica. A la fecha se conoce que en Costa Rica son 232 000 nicaragüenses que han solicitado refugio hasta mayo de 2024.

Es por ello, que PBI desde 2020, empieza un Proyecto de Acompañamiento Internacional a grupos sociales, organizaciones y redes de personas defensoras nicaragüenses desde el exilio en Costa Rica. 

PBI fue pionera en valorar y facilitar el apoyo integral a personas defensoras refugiadas o solicitantes de refugio en Costa Rica, propiciando un espacio de trabajo y de encuentro socialmente seguro para que las personas puedieran procesar lo que les había sucedido, e iniciar el proceso de construcción de estructuras sociales y comunitarias para su propio apoyo y en apoyo de los que habían dejado atrás en Nicaragua. De cara a un posible retorno a Nicaragua en pleno goce de los derechos humanos, en la primera fase del Proyecto, el acompañamiento se enfocó en tres líneas temáticas estratégicas: fortalecimiento organizativo, protección y autoprotección y acompañamiento psicosocial. 

A partir de 2022, debido al deterioro del Estado de Derecho, al cierre del espacio cívico y al recrudecimiento de las violaciones de DD.HH en Nicaragua, PBI Nicaragua decide seguir acompañando a la sociedad civil nicaragüense exiliada que no ha podido regresar a su país. Esta segunda fase se centró más en el trabajo de incidencia y comunicación, con el objetivo de dar visibilidad a lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en Nicaragua, y a lo que los y las  nicaragüenses exiliadas quieren que se reconozca por parte de la comunidad internacional. Debido al cierre total del diálogo con las autoridades nacionales, PBI Nicaragua busca otros mecanismos de presión para detener la represión política. Por ello, la única pista viable de presión política es la de la incidencia ante la comunidad internacional, que permite posicionar y visibilizar el trabajo de las organizaciones acompañadas en espacios de incidencia internacional, facilitándoles acceso a mecanismos e instancias de incidencia regionales e internacionales.

 

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